Donald Trump planea usar los aranceles como eje de su política económica en su regreso a la Casa Blanca
- Gabael Renteria
- 17 ene
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EEUU.- A pocos días de asumir nuevamente como presidente de Estados Unidos, Donald Trump ha dejado claro que los aranceles serán una pieza central en su estrategia económica. Calificados por él como “las palabras más bellas” del idioma inglés, estos impuestos sobre las importaciones podrían convertirse en su herramienta favorita para abordar temas de comercio, inmigración y manufactura.
El equipo de Trump analiza tres posibles enfoques para implementar esta medida: retomar su estrategia de gobierno anterior, utilizar una declaración de emergencia nacional para acelerar los procesos, o aplicar aranceles limitados a sectores específicos para minimizar el impacto en los consumidores.
En su primer mandato (2017-2021), Trump recurrió a las secciones 232 y 301 de la Ley de Comercio de 1974, que le permitieron imponer aranceles bajo justificaciones de seguridad nacional o prácticas comerciales desleales. Ahora, planea retomar esta táctica con gravámenes del 60 % sobre importaciones chinas, 25 % a productos de Canadá y México, y entre 10 % y 20 % a otras regiones, incluida la Unión Europea.
Aunque estos procedimientos son legales, suelen ser largos y permiten a las grandes empresas influir en las decisiones para obtener excepciones, algo que ya ocurrió durante su primer periodo presidencial.
Otra posibilidad que gana terreno es declarar una emergencia económica nacional bajo la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales de 1977 (IEEPA). Esta vía permitiría a Trump imponer aranceles de forma unilateral y más rápida. En 2019, Trump consideró esta medida contra México, pero la descartó tras obtener concesiones en temas migratorios.
No obstante, esta estrategia enfrentaría oposición de grupos empresariales y sectores del Partido Republicano que defienden el libre comercio. Además, existe el riesgo de que los aranceles alimenten la inflación, un factor que podría afectar la popularidad del presidente.
Una alternativa menos agresiva sería aplicar aranceles enfocados en sectores específicos, como el de materiales para la industria de defensa, incluyendo acero, hierro, aluminio y cobre. Aunque esta estrategia busca reducir el impacto sobre los consumidores y fomentar la manufactura nacional, Trump ha negado públicamente estar considerando esta opción.
A pesar de las declaraciones del expresidente, algunos miembros de su equipo intentan persuadirlo de adoptar esta medida para evitar consecuencias económicas significativas.
Según el Instituto Peterson, los aranceles propuestos podrían representar un costo adicional de 2,600 dólares anuales por hogar en Estados Unidos. Mientras tanto, Trump mantiene firme su intención de usar los aranceles como una herramienta clave para reforzar su visión de "América primero".


















