Donald Trump ¿El nuevo Reagan?

EEUU.- La campaña presidencial de Donald Trump para 2024 ha adoptado una estrategia que evoca elementos clave de la exitosa candidatura de Ronald Reagan en 1980. Según un análisis de Niall Ferguson en Foreign Affairs, lemas como “Paz mediante la fuerza” y “¿Está mejor hoy de lo que estaba hace cuatro años?”, que fueron distintivos de Reagan, resuenan en el discurso de Trump, complementados con su icónica frase “Make America Great Again”, originalmente utilizada por Reagan en su discurso de aceptación como candidato republicano.

A pesar de las marcadas diferencias en estilo –Reagan era conocido por su tono optimista, mientras que Trump se distingue por su carácter combativo–, ambos líderes comparten estrategias basadas en la combinación de fuerza inicial y negociación. Mientras Reagan enfrentó el expansionismo soviético con un incremento en el gasto militar, Trump busca contener la creciente influencia de China, a menudo descrita como el epicentro de una "segunda Guerra Fría".

Durante su primer mandato, Trump adoptó una política de confrontación comercial y tecnológica contra China. De llegar a un segundo periodo, planea intensificar esa presión antes de negociar un acuerdo amplio, siguiendo un enfoque similar al de Reagan con la Unión Soviética. En su libro The Art of the Deal, Trump resalta la importancia de este equilibrio entre agresión y diálogo estratégico.

Aunque ambos presidentes comparten principios económicos como la reducción del tamaño del gobierno y los recortes fiscales, el contexto económico de sus tiempos difiere significativamente. Reagan asumió la presidencia enfrentando inflación, desempleo elevado y altas tasas de interés. Por el contrario, Trump se enfrenta a una economía de inflación moderada, tasas de interés más bajas y nuevos desafíos globales, como la competencia con un eje formado por China, Rusia, Irán y Corea del Norte.

En el comercio, sus posturas también divergen: Reagan apoyaba el libre mercado, mientras que Trump defiende políticas proteccionistas, como un arancel universal del 20% y uno del 60% para bienes provenientes de China.

Al igual que Reagan, Trump combina un enfoque inicial de confrontación con la posibilidad de negociaciones futuras. Reagan lideró la carrera armamentista antes de negociar acuerdos históricos de desarme. De manera similar, Trump pretende fortalecer la posición de Estados Unidos frente a China y luego buscar un entendimiento sobre temas como Taiwán, cuya estabilidad es esencial para evitar una escalada en Asia Oriental.

Trump enfrenta cuestionamientos sobre algunos de sus posibles nombramientos y políticas económicas. Mientras Reagan fue elogiado por elegir a figuras de estabilidad como James Baker, algunos de los nombres que suenan en la órbita de Trump, como Kash Patel o Tulsi Gabbard, han generado controversia. Además, economistas destacados advierten que las medidas proteccionistas podrían agravar los déficits y la desigualdad económica.

El análisis concluye que, al igual que Reagan, Trump aspira a ser recordado como un líder transformador en política exterior. Sin embargo, con conflictos activos en Ucrania y Oriente Medio, y una creciente rivalidad con China, queda por verse si su enfoque será suficiente para garantizar estabilidad global y construir un legado perdurable.