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Agente Fronterizo colaboraba con traficantes de personas en la frontera de Tijuana

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México.- Un informante anónimo alertó a las autoridades estadounidenses sobre la operación ilegal de un agente de la Patrulla Fronteriza en la frontera entre México y Estados Unidos. Se trataba de Héctor Hernández, un veterano oficial que, a punto de jubilarse, decidió emprender un negocio clandestino: servir de guía para traficantes de personas en la zona limítrofe con Tijuana.


Durante meses, Hernández llevó a coyotes en recorridos privados por la valla fronteriza, revelándoles puntos estratégicos para el cruce de migrantes. Además, según documentos y evidencias recopiladas, el agente proporcionó información confidencial sobre la ubicación de dispositivos de monitoreo y cámaras de seguridad, todo por un precio de 5 mil dólares por recorrido.


El modus operandi de Hernández


Las investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional comenzaron el 29 de marzo de 2023, cuando una fuente confidencial informó sobre una reunión entre el agente Hernández y traficantes de personas en un café de San Diego. Agentes encubiertos se infiltraron en la operación y, tras una serie de encuentros, lograron registrar en audio y video cómo Hernández ofrecía abrir vallas restringidas en puntos clave de la frontera.


Uno de los accesos preferidos por el agente era la puerta conocida como Britannia, un área con baja vigilancia donde aseguraba que no había cámaras. A cambio de un pago, el oficial abría el acceso durante sus turnos nocturnos para permitir el cruce de migrantes.


La caída del agente


El 10 de abril de 2023, Hernández facilitó el ingreso de un supuesto coyote, quien en realidad era un agente encubierto. Tras recibir su pago, el oficial comenzó a solicitar más trabajo, asegurando que podía garantizar más cruces exitosos.


Las autoridades intensificaron la vigilancia y el 2 de mayo lo captaron abriendo la puerta Britannia nuevamente. Un día después, recibió su pago de 5 mil dólares y, sin saberlo, estaba a punto de caer en una trampa.


El 9 de mayo, agentes de la DEA colocaron un paquete con 10 kilogramos de metanfetamina falsa y un rastreador en un desagüe cercano a la frontera. Hernández recogió el paquete sin saber que estaba siendo monitoreado y, días después, fue arrestado en un estacionamiento de la cadena de restaurantes Jack in The Box.


En su casa se encontraron 131 mil dólares en efectivo, evidencia del dinero obtenido de sus actividades ilícitas. Durante el juicio, fiscales estadounidenses subrayaron la traición del agente a su juramento, calificándolo como una amenaza para la seguridad nacional.


Pese a las cartas de familiares que intentaron suavizar su sentencia, la corte determinó que Hernández debía enfrentar consecuencias ejemplares para evitar que otros agentes sigan su camino.


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